Bogotá, julio 2024, El estudio “Las Aves de las Flores” realizado en el 2010 por Asocolflores y Florverde permitió identificar 143 especies de aves en 29 fincas asociadas y demostrar que estas zonas donde se desarrolla la floricultura contribuyen a la recuperación y conservación de algunas especies que se encuentran en riesgo, como es el caso de la Tingua moteada. Debido al impacto y la relevancia en el segundo semestre del 2024 se iniciará la actualización de este estudio.
Esta iniciativa contará con el apoyo de la Asociación Bogotana de Ornitología (ABO) y la Sociedad Antioqueña de Ornitología (SAO), entidades que ya participaron en la primera versión del estudio. En esta ocasión, se realizarán muestreos de aves en 28 fincas asociadas, 20 ubicadas en la Sabana de Bogotá y 8 en el oriente antioqueño. La selección de estas fincas se basará en la proximidad a los lugares escogidos en el primer estudio y en las iniciativas de sostenibilidad implementadas en cada finca.
Entre los principales objetivos de esta actualización del estudio, que desarrollará julio y octubre, se encuentra la caracterización de la comunidad de aves presentes en las fincas floricultoras de La Sabana de Bogotá y el Oriente Antioqueño, comparar la información de las poblaciones de aves en cuanto a riqueza y abundancia con los datos tomados en 2010 y fomentar procesos de sensibilización y apropiación de la comunidad hacia las aves presentes en las fincas evaluadas con énfasis en la Tingua Moteada como especie icono de la floricultura sostenible.
Cabe resaltar que como resultado de la versión del estudio, se logró la elaboración de una guía de buenas prácticas enfocado al mejoramiento de los hábitats en los cultivos para las comunidades de aves y un plegable divulgativo a fin de que todos los actores relacionados con el proceso productivo floricultor conozcan las aves de las flores. Material que destaca 29 migratorias, las cuales migran desde Canadá o Estados Unidos y llegan a Colombia desde el mes de octubre hasta el mes de marzo.
También se registró 31 especies de aves acuáticas, generalmente asociadas a los reservorios de agua de los cultivos de flores. Dentro de las especies observadas, 7 eran de distribución restringida o endémicas y 3 pertenecientes a alguna categoría de amenaza debido a la pérdida de hábitat en la Sabana de Bogotá: La Tingua moteada (Gallinula melanops bogotensis) en peligro crítico (CR), la Tingua bogotana (Rallus semiplumbeus) y el Pato turrio (Oxyura jamaicensis andina) en peligro (EN).
Gracias a las buenas prácticas ambientales en las fincas floricultoras han permitido garantizar una convivencia amigable con la biodiversidad, permitiendo la recuperación y conservación de los ecosistemas en donde se desarrolla la floricultura.